martes, 27 de septiembre de 2011

EL IKEBANA DEL BUEN AMBIENTE



De las lejanas tierras de oriente conseguí los ejemplares vegetales para esta composición veraniega de IKEBANA.

No es verdad... tuve la agradable sorpresa de encontrarme con un precioso cañaveral de bambú junto a una acequia en un reducto de huerta, conservada pero asediada por los edificios circundantes, a diez minutos en bici de mi casa, en Valencia (Spain).

Quizá sea esa la primera enseñanza que me trajo esta composición... belleza que tenemos al acance de nuestras vistas por la ventana, y que ignoramos, cuando no despreciamos.

Aúna y retiene pues esta composición las sensaciones del entorno donde fueron recogidas las cañas... el fluir del agua, la pequeña ermita cercana, las alquerías todavía habitadas y la sencillez de una ruralidad desubicada en medio del avance de nuevas y relativas concepciones de progreso.

Del mismo modo, nuestras tareas cotidianas en el trabajo y en el devenir diaro conservan la impronta del ambiente y las condiciones en las que se han desarrollado.

Conviene pues dedicar un tiempo previo a la indagación del potencial cercano, a la propia preparación personal y al mantenimiento de un buen ambiente, ya que todo ello repercutirá de manera determinante en el éxito del proyecto a emprender.