jueves, 28 de junio de 2012

LAS RAMAS SECAS DEL REENCUENTRO


Tras meses de no practicar este reconfortante arte tradicional japonés, tuve la oportunidad de hacerlo gracias a la invitación de mi iniciadora maestra de IKEBANA.

El reencuentro fue pacificador y oportuno, pues el IKEBANA ayuda, a través del contacto silencioso y ordenado con las plantas, a calmar la mente y el cuerpo. Cuestiones no baladíes en los tiempos que corren.

Una enseñanza concreta del trabajo realizado en esta ocasión derivó del uso combinado ramas secas con las plantas vivas. Lo seco, lo quebradizo, lo desechado nos puede servir para reforzar el resultado final de la composición, en algo tan sutil, pero tan importante, como la orientación que toma el eje del trabajo al figurar el mecimiento por el viento.

Aplicado a la vida, no debemos desdeñar o lamentar las aparentes etapas anodinas, vacías o secas que puedan sobrevenirnos... bien al contrario, pueden atesorar la clave para redirigir nuestro camino.